SAN PEDRO CRISÓLOGO
Obispo y doctor de la Iglesia
Nació
en Imola, Italia alrededor del año 380. Estudió las ciencias sagradas y
recibió el diaconado de manos de Cornelio, obispo de Imola. Cornelio
formó a Pedro en la virtud desde sus primeros años y le hizo comprender
que, en el dominio de las pasiones y de sí mismo, residía la verdadera
grandeza.
Según la leyenda, Juan, arzobispo de Ravena, murió hacia el año 433. El clero y el pueblo de la ciudad eligieron a su sucesor y, pidieron a Cornelio de Imola que encabezase la embajada que iba a Roma a pedir al Papa Sixto III que confirmase la elección. Cornelio llevó consigo a su diácono Pedro. Según se cuenta el papa había tenido la noche anterior, una visión de San Pedro y San Apolinar, quienes le ordenaron que no confirmase la elección. Así pues, Sixto III propuso para el cargo a San Pedro Crisólogo, siguiendo las instrucciones del cielo.
Cuando San Pedro Crisólogo llegó a Ravena había muchos paganos y abundaban los abusos entre los fieles. El celo infatigable del santo consiguió extirpar el paganismo y corregir los abusos.
Sus sermones no parecían tan elocuentes pero la vehemencia y la emoción con que predicaba sí. Una vez más se demuestra que la capacidad persuasiva de los santos no depende de elocuencia natural sino en la fuerza del Espíritu Santo que toca por medio de ellos a los corazones.
San Pedro predicó en favor de la comunión frecuente y exhortó a los cristianos a convertir la Eucaristía en su alimento cotidiano. Sus sermones le valieron el apelativo "crisólogo" (hombres de palabras de oro) y movieron a Benedicto XIII a declarar al santo doctor de la Iglesia, en 1729. Murió en Imola el 31 de Julio del 451.
Tomado de Corazones.org.
Según la leyenda, Juan, arzobispo de Ravena, murió hacia el año 433. El clero y el pueblo de la ciudad eligieron a su sucesor y, pidieron a Cornelio de Imola que encabezase la embajada que iba a Roma a pedir al Papa Sixto III que confirmase la elección. Cornelio llevó consigo a su diácono Pedro. Según se cuenta el papa había tenido la noche anterior, una visión de San Pedro y San Apolinar, quienes le ordenaron que no confirmase la elección. Así pues, Sixto III propuso para el cargo a San Pedro Crisólogo, siguiendo las instrucciones del cielo.
Cuando San Pedro Crisólogo llegó a Ravena había muchos paganos y abundaban los abusos entre los fieles. El celo infatigable del santo consiguió extirpar el paganismo y corregir los abusos.
Sus sermones no parecían tan elocuentes pero la vehemencia y la emoción con que predicaba sí. Una vez más se demuestra que la capacidad persuasiva de los santos no depende de elocuencia natural sino en la fuerza del Espíritu Santo que toca por medio de ellos a los corazones.
San Pedro predicó en favor de la comunión frecuente y exhortó a los cristianos a convertir la Eucaristía en su alimento cotidiano. Sus sermones le valieron el apelativo "crisólogo" (hombres de palabras de oro) y movieron a Benedicto XIII a declarar al santo doctor de la Iglesia, en 1729. Murió en Imola el 31 de Julio del 451.
Tomado de Corazones.org.
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